Por Jorge Mendoza
En el Punto del Arte Rd
Detrás de escena me enteré, casualmente, que el vestuario de la pieza Another Chopsticks Story de T-42 Dance Proyects no llegaría a tiempo y en su lugar se presentaría otra pieza de su repertorio: Tee for tee. Según una publicación en Internet Tee for tee (www.t42dance.ch/projectset42.html) se estrenó el año 2009. No deja de ser interesante las coincidencias entre T-42 Dance Projects y Sebastien Ramírez y Hyung-Jung Wang autores de Monchichi en cuanto a tema y manera de abordarlo. Ambas abordan los conflictos que surgen de las diferencias culturales con la intención de proponer que un entendimiento es posible, acompañado de una buena dosis de humor.
Sin embargo, en Tee for two el argumento es más bien simple: ella es japonesa y él suizo; ambos desean realizar una coreografía donde la barrera del idioma será superada por la necesidad de trabajar juntos. Aquí, tenemos la impresión de que el humor no es un aditamento, es la sustancia de la historia. Se convierte en la visión del conflicto cuyos mayores momentos de tensión siempre serán percibidos con ligereza por el público.
La empatía inmediata que se da entre público y pieza podría residir en la capacidad de los coreógrafos de distanciarse de la tormenta que generan, esa mirada objetiva, que resta gravedad cuando también se evidencia conciencia de la representación. Lo que Dulce Aquino afirma cuando expresa: La ilusión es redimensionada y encontrada en la explicitación de la propia realidad.”
Por otro lado, las piezas de la noche fueron bien disimiles: Erick Guzmán, de la Escuela Nacional de Danza, presentó Apnea; Carlos Veitía La belleza y sus bestias, interpretada por Jonathan Castillo y la compañía de Martinica Christiane Emmanuel Mangrove (Manglar), obra que retoma la idea de expresión corporal al estilo de los años 70 del siglo XX se aventura en las sensaciones.
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