Por Jorge Mendoza
Edmundo Poy es, actualmente, el mayor animador de la danza en República Dominicana. Cuatro festivales vinculados a su nombre así lo demuestran. Festival de Danza Joven (en la Feria Internacional del Libro), celebrado desde el 2002, que, al coincidir en ocasiones con la celebración del Día Internacional de la Danza es más significativo; Festival de Solos, Duetos y Tríos, con el auspicio del Centro Cultural Español, del cual es colaborador; Festival América Libre Hip-Hop donde también colabora y el Encuentro de Danza Contemporánea (EDANCO) donde figura como director general. Es frecuente verlo involucrado en las actividades de la Escuela Nacional de Danza como coordinador. Como profesor ha estampado su marca en centenares de estudiantes. Sus visitas al American Dance Festival (ADF) le han permitido establecer los contactos necesarios para desarrollar el festival, así como poseer una amplia visión de las tendencias de la danza.
El festival de Danza Contemporánea (EDANCO), al ser el único en su categoría, debe responder a criterios más rigurosos de selección y participación para logar un prestigio internacional. Es decir, posicionamiento. Aunque siempre se cuelan trabajos regulares en los festivales, que al cumplir con los requisitos formales son aceptados. Sin embargo, hay que medir la distancia que existe entre los desaciertos de un profesional y los de un estudiante o aficionado.
La noche del viernes 25, con la participación de la compañía Nacional del Salvador, Kalus Danza Contemporánea y de República Dominicana con Dolo, una pieza de Erick Guzmán, ganadora del Concurso Estrellas del s.XXI, Panamá, 2013, veo con mayor claridad como una pieza de carácter competitivo rompe con el espíritu de un festival llamado a mostrar únicamente a creadores experimentados. El festival, al acoger a jóvenes coreógrafos e intérpretes que inician su carrera y (en proceso de formación como Erick Guzmán) los empuja hacia el estrellato instantáneo. Y “estrellato inmediato” significa, su su caso, ruptura de un proceso de aprendizaje. Esos jóvenes necesitan agotar un proceso de crecimiento lógico, natural, coherente, con sentido pedagógico, bajo el consejo de sus maestros.
Si existe un fisura entre esa generación actual de jovencitos talentosos y la precedente, no obedece al relevo histórico simplemente, sino a la falta de visión e irresponsabilidad de aquellos llamados a cumplir con su orientación, que olvidan enseñarles a respetar la tradición sobre la cual se apoyan y quienes las representan. En una sociedad tribal como la nuestra, poblada por caciques, trasmitimos a las nuevas generaciones el modelo, del que luego serán víctimas y victimarios la siguiente.
Como público y comentarista de las piezas del festival clamo desde este modesto espacio por la ética. Por ética debe entenderse que la formación del intérprete de danza no debería estar desligada de la cuestión moral, de su compromiso con la ciudadanía. Materia descuidada desde hace años en la educación dominicana a consecuencias del empuje de cultura light, la sociedad del espectáculo, la influencia de los medios de comunicación, la transculturación. Esa transculturación que, cuando no es intercambio enriquecedor, se convierte en negadora de esencias, desvirtuando, adulterando, cambiando cuentas de vidrio por oro.
Deben existir criterios claros de participación y/o selección que son la piedra inicial del posicionamiento de un festival que pronto cumplirá 10 años., aguijoneado por las contradicciones, los desaciertos, la falta de apoyo económico, la ausencia de espacios de reflexión y el desnivel de las propuestas.
El Festival de Danza Contemporánea, al incluir a los ganadores del Festival de Danza Joven, la Escuela Nacional de Danza quizás busca llenar un espacio. La República Dominicana debería estar representada por el Ballet Nacional Dominicano, El Programa Nacional de Danza Contemporánea (PRODANCO) y creadores como Orestes Amador, Carlos Veitía, Senia Rodríguez y algunos miembros de la Compañía Nacional de Danza que incursionan en la coreografía...
Es evidente que, el rostro de la danza actual en nuestro país es joven. Son ellos quienes están determinando en este momento hacia dónde vamos ante el rezago o el letargo de coreógrafos experimentados. Los espacios que les corresponden están ahí: Festival de Solos y duetos, Festival de Danza Joven, Encuentro de Academias de Ballet, Bienal Internacional de Concurso de Ballet y Coreografía, organizado por Alfa Rodríguez, presentaciones anuales de academias y los numerosas batallas de break y eventos de hip hop que se suceden durante el año.
Todos los festivales internacionales, en su pliego de condiciones de participación, coinciden en apreciar la trayectoria de los solicitantes, con material que se pueda comprobar, obras respaldadas por la crítica o reseña periodística. Todo ello dirigido a garantizar la calidad, la coherencia del festival.
Es posible que el EDANCO se realice bajo una óptica eminentemente pragmática, donde la selección obedezca mas a esa realidad dominicana manejada por pequeños grupos que giran alrededor de un coreógrafo reconocido, academias de prestigio, instituciones oficiales y al hecho de que su director está vinculado con varios eventos a la vez que le permiten disponer de su participantes habituales sin mayores complicaciones. Gente ansiosa de espacios para proyectarse sin la conciencia de que un festival es un encuentro de voluntades, un intercambio de experiencias, el reconocimiento de que perteneces a una comunidad artística que necesita discutir para ponerse de acuerdo en torno a temas fundamentales de su oficio.
Revisando la convocatoria de siguiente escena para el 2014, dentro de su festival permiten multidisciplina, danza, música, teatro de calle, físico y/o contemporáneo, circo de calle y/o contemporáneo, instalación (fotografía, audiovisual, etc), lo que lleva a preguntarnos qué tienen en común. Respuesta: La convocatoria es para obras alternativas, pero la decisión final es responsabilidad del Comité organizador del festival.
¿Qué impresión se llevan los coreógrafos de Voice from monochrome, Solos, Monchichi, Tee for tee, piezas sobresalientes del festival, cuando presencian las piezas de coreógrafos dominicanos nóveles? Si algo en común tienen las extranjeras, es que llevan años de haber sido estrenadas al momento de presentarse aqui. Han sido comprobadas. Gozan de la madurez que el tiempo dispensa unida a la práctica constante. Creo que debemos dejar de coquetear con ciertas verdades que ponen en evidencia la improvisación y la ausencia de gestión.
Y no quiero dejar de reconocer que sin la celebración del Festival Nacional de Danza Contemporánea (EDANCO) estaríamos en peores condiciones, porque su celebración, dentro de lo señalado, aporta y nos acerca más; nos recuerda que algo bueno podría ocurrir, que amamos aquello que nos duele, nos importa y de lo cual nos sentimos indisolublemente unidos pese a la incomprensión y el rechazo.
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